17 de julio de 2009

Musicoterapia: “Poner en proceso lo vincular a través de la música”

Las alternativas para sentirse mejor no faltan. Hoy les presento una nueva terapia que ayuda a través de la música, a la prevención y/o rehabilitación de diferentes patologías: MUSICOTERAPIA. Para ello entrevisté a la musicoterapeuta Débora Andresen.

¿En que consiste musicoterapia?
“Básicamente tiene como elemento principal el uso de la música de todas las formas que uno se imagina: desde lo receptivo, lo auditivo, la producción, la improvisación, con todos los elementos que la música incluye. El sonido por lo sonoro puro, lo musical estéticamente, buscando algún producto… todos los recursos que la música nos puede dar desde lo instrumental, la voz, poner el cuerpo en movimiento a través de lo sonoro, todo lo que la música implique. Desde ahí se trabaja en musicoterapia, desde la prevención o la rehabilitación de las patologías”.



¿Se realizan de manera individual o en grupo?
“Hay de los dos. Según las patologías, según los grupos etario, según la necesidad, la demanda”.

¿Sin patología se puede realizar la terapia?
“Claro, porque en el ámbito preventivo se puede trabajar la prevención desde el cuidado físico, el stress. Las patologías que más tienen que ver con lo social, no exclusivamente con lo físico. Desde ese lugar: la estimulación de la comunicación, lo vincular. Y desde lo grupal, con grupos de alto riesgo social. Yo por ejemplo trabajo en una escuela periférica. Elegí ese espacio para trabajar porque me parece que ahí en el área de música, musicoterapia tenía una incumbencia diferente. Podía tener una aplicación más amplia que la clase formal de música. Son grupos de alto riesgo social, están en contacto todo el tiempo con violencia en el hogar, pobreza económica, emocional, poco sostén emocional”.

¿Qué le interesa a la terapia?
“En lo que es musicoterapia rehabilitatorio por ejemplo, es buscar el proceso. Que del proceso devenga después un producto, ya sea estético o no, ya sea escuchable o no, desde el común, porque todo es escuchable. Pero bueno, lo que importa son los caminos de cómo se esta llevando, como se llega a ese producto”.

¿Con que tipo de discapacidades trabajás?
“Yo he trabajado y estoy trabajando con parálisis cerebral, Síndrome de Down, Síndrome de Asperger. Trabajo en la escuela Especial, ahí también hay patologías sensoriales, desde lo visual, lo auditivo. En su momento también trabaje en salud mental con pacientes neuropsiquiátricos. Con niños y adultos. Uno propone desde musicoterapia, por el perfil que uno tiene y por lo que uno querría abordar. Pero después la demanda, es como cualquier otra disciplina. Después en función de eso vos te vas movilizando y vas buscando otras herramientas, otros recursos, otras formas de aplicar la disciplina para poder trabajar con las patologías que llegan. Son todos caminos a emprender. Uno tiene como el concepto de base, pero después en lo vincular es donde uno tiene que ir creando y recreando todo el tiempo”.

¿Generalmente los niños se enganchan?
“Ese es un punto a favor que tiene la musicoterapia. Todos los que llegan desde el primer momento la mamá y el papá me dicen le encanta la música. Otros por ahí tienen un concepto más científico entonces ya saben que aplicándola sistemáticamente se logran los objetivos. Es un espacio donde si le gusta la música, lo terapéutico puede ser más factible. El gusto por la música es un punto a favor, sobre todo en la población infantil. Vos podes proponer situaciones lúdicas a través de la música y sin que ellos se den cuenta, a través de una canción, improvisación, un cuento musical, un relato sonoro, o de lo que fuere, ya están trabajando terapéuticamente. El objetivo y la mirada ya esta puesta en que es lo que quiero que se trabaje. Es una terapia en la cual se involucran sin saberlo”.

¿Y los adultos?
“Es diferente, porque no es que vos los pones a jugar con la música. Es otro camino. Para que voy a tocar esto, o yo no quiero aprender piano y este no es el espacio de enseñanza-aprendizaje, es del proceso terapéutico. Lo musical llega en función de que también sepas que música podes trabajar con ellos, cuales son los gustos personales de ellos, y empezar a hacer este camino”.

¿Qué música se utiliza?
“El recurso musical es inagotable, esto es lo bueno. Ya pensando que uno de los elementos con que se trabaja con la música es la improvisación. Si en un espacio ya se puede improvisar, cuando uno tiene todos los elementos, si ya uno pone lo de uno, después que venga todo lo que tenga que venir. Después vamos a ir delimitando para que cada cosa, y si es necesaria en este punto terapéutico”.

¿Los pacientes también proponen temas musicales?
“En la intervención del ida y vuelta. Hay un momento que es de escucha, es reflexivo. Para que estamos escuchando, que vas a hacer con esto. Trae música, la escuchamos., y ¿para que la trajiste? ¿Qué querías que escucháramos de esta canción? Entonces en función de esto se empieza a aplicar y pone en palabra lo que pasa con determinadas escuchas. Puede ser todo estilo de música sin ningún problema. La música por si misma no es que cure. Lo que hacemos en musicoterapia es una rehabilitación. Poner en proceso lo vincular a través de la música”.

¿Los resultados son a largo plazo?
“Hay algunos que si, que quizás uno no los va a ver en la terapia pero uno da cuenta después que los pudo poner en práctica. Lo que se hace es utilizar el recurso del quehacer musical para el aprendizaje de movimientos, para poner en práctica situaciones de fracaso, error y poder volver a retomar. Por eso lo que se moviliza son instancias internas del paciente y externas en cuanto al movimiento, a la puesta en practica de determinadas secuencias motoras. Lo que hacemos es trabajar con determinado instrumento que aplica tal movimiento”.

¿De que manera se incluye a la familia?
“Se piensa en algún taller, una reunión formal de padres le das otro encuadre, los pones a trabajar ahí. Es una forma de involucrarlos. Más allá del espacio que sea: educación, salud, es involucrar a las partes para. En educación los papás para que acompañen a sus hijos. En salud la familia para que traten de rever juntos que es esto de tener a alguien con determinada patología en casa y que es lo que si se puede hacer de saludable en esta familia. Es siempre reunir para que después haya un movimiento en casa, chiquitito o grande, lo que sea, pero que algo se movilice”.

¿A partir de que edad se puede comenzar con musicoterapia? ¿Un bebé puede venir?
“Si, tanto en lo preventivo como el lo rehabilitatorio. Quizás hay nenes que necesitan estimulación. Hay bebes que, por ejemplo, siempre se acuestan sobre el mismo lado. Cuando la mama le comenta ala pediatra le dice llevalo a kinesio y va a hacer ejercicios, pero el bebe no interviene. En cambio eso mismo proponiéndolo desde musicoterapia voy a trabajar con la estimulación auditiva para el lado que se necesita. Siempre hay una intervención del paciente. En el caso preventivo también trabaje con embarazadas. Como se vincula mamá con el bebé, papá con bebé”.

¿Te gusta más lo preventivo o lo rehabilitatorio?
“A mi personalmente me gusta más lo preventivo. Lo preventivo es tratar de apostar a algo diferente. Suponte, en la escuela en la que estoy, es mostrarles que hay otra posibilidad, hay otro camino posible, diferente, alternativo a esto que están viviendo. Quizás tu vida va a seguir siendo así: tus padres van a estar mal toda la vida, tu papa va a ser golpeador toda la vida. Pero tenés que saber que emocionalmente hay otra posibilidad de vida”.

¿Qué pasa con los vínculos en la sociedad actual?
“En este momento particular de la sociedad, esta tratando diferentes problemáticas todo el tiempo. Lo vincular esta vulnerable. Todos los vínculos son vulnerables. Los vínculos de una pareja están vulnerables en cuanto hay poca tolerancia, poco sentido del esfuerzo, en general. Se esta proponiendo una vida más light, menos comprometida. Y lo vincular implica compromiso, y entonces esta todo muy expuesto en cuanto a lo emocional. Uno termina interviniendo siempre sobre lo preventivo, pero quizás deja de ser “preventivo”: estas interviniendo en algo que sabes que hay dificultad”.

¡Muchas gracias Débora!

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