2 de mayo de 2010

ABUSO SEXUAL INFANTIL: La importancia del rol del profesional

El abuso sexual infantil es más frecuente de lo que podemos llegar a imaginar. Ante este fenómeno las mamás y los papás, al igual que los directivos y docentes son los que poseen herramientas para tratar de evitar que un niño sea abusado. De lo contrario, son quienes tienen que detectarlo.

Sabiendo que la gran mayoría de las victimas mantienen oculto lo que les pasó hasta llegar a la adultez, es muy importante que los profesionales sepan comprender el lenguaje de los niños abusados, que a su manera comunican lo que están viviendo.
Sin que sientan miedo, hay que hablar con ellos y estar atentos a los síntomas o pequeñas señales que pueden alertar, como:
  • pérdida de apetito;
  • llantos frecuentes sobre todo relacionados con situaciones afectivas o eróticas;
  • miedo a estar solo, con hombres o con un determinado miembro de la familia;
  • rechazo al padre o a la madre de forma repentina;
  • cambios bruscos de conducta;
  • resistencia a desnudarse o a bañarse;
  • aislamiento y rechazo de las situaciones sociales;
  • problemas escolares o rechazo a la escuela;
  • fantasías o conductas regresivas;
  • tendencia al secretismo;
  • agresividad, fugas o acciones delictivas;
  • y autolesiones o intentos de suicidio;
  • rechazo de las caricias, de los besos y del contacto físico;
  • conducta seductora;
  • conductas precoces o conocimientos sexuales inadecuados para su edad; i
  • nterés exagerado por los comportamientos sexuales de los adultos;
  • agresión sexual de un menor hacia otros menores.

También es muy importante la prevención del abuso sexual, es decir, inculcar a los niños enseñanzas e indicaciones para ser menos vulnerables. En el sitio de la Asociación Alfonsina Storni hay una publicación donde se organizó un Plan de Prevención de acuerdo a cada edad. Este propone que a los 18 Meses se enseñe al niño los nombres apropiados de cada parte del cuerpo.

A partir de los 3 y hasta los 5 años se le indique a su niño las "partes privadas" del cuerpo y a decir "NO" a cualquier oferta sexual. También hay que darle respuestas directas a sus preguntas acerca del sexo.

Cuando el alcance los 5, y hasta los 8 años, hay que explicarle la seguridad lejos de casa y la diferencia entre el cariño bueno y un cariño malo. Incluso hay que alentarlo para que hable de experiencias que le hayan dado miedo.

De los 8 a los 12 años se le tiene que enseñar la seguridad personal. Explicarle las reglas de conducta sexual aceptadas por la familia.

Desde los 13 y hasta los 18 años hay que seguir destacando la seguridad personal. Explícarle los temas como la violación, las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos.

Ante la angustia que produce el abuso sexual en la vida de un niño, más si se trata de alguien conocido o perteneciente al seño familiar como lo es en el 85 % de los casos, suele presentarse generalmente en él la idea de que la familia se desintegrará si el descubre al abusador o que otros miembros de la familia sentirán ira, celos o vergüenza, o simplemente desconfiarán. De ahí la importancia de la contención a tiempo.

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