8 de mayo de 2010

Maternidad y trabajo: El malabarismo al serlo todo

Ser esposa, mamá, ama de casa, trabajadora, estudianteser mujer. Con algunos roles de más o de menos, pero siempre en cantidad, se forma la rutina de una mujer. Y aunque más de una vez pase desapercibido, no es tan sencillo eso de estar full time.

La crianza de un hija/o, las tareas del hogar, la comida, las compras, la pareja, la ropa… y encima, ir a trabajar. ¿Cómo se concilia todo?

La mayoría de las mujeres no tienen la posibilidad de elegir entre trabajar o no. Según lo detallan las estadísticas vertidas en un artículo publicado en Artemisa: “Maternidad y el difícil arte de conciliar trabajo y familia”, escrito por Alejandra Waigandt, en nuestro país 6 de cada 10 mamás pertenecen al mundo laboral. Esta situación es el reflejo de que su salario se hace cada vez más necesario para afrontar los gastos de la casa, representando actualmente el 50% del ingreso para el sostén familiar.

Se da una situación muy conflictiva: se necesita que padre y madre trabajen para poder satisfacer las necesidades básicas de la familia, pero el acceso a jardines o guarderías privadas es muy costoso. Para las madres con menos recursos, el salir a trabajar es un gran inconveniente, pues debe encontrar a quien cuide de sus hijos, y eso no es tan fácil.

Para una madre dejar a un hijo es todo un tema: quieren que sean tratados con el afecto que ellas les brindan, o aún mucho mejor, y eso no siempre se consigue. Al dejarlo en el jardín se confunden las sensaciones de alegría y tristeza… de orgullo… de tranquilidad y de ansiedad por que salga pronto. Hasta que cuando se lo va a buscar, y manifiestan una alegría tal que no se quieren ir.

Durante los primeros años de vida, resulta pesado afrontar las responsabilidades de la maternidad, teniendo en cuenta que un bebé requiere atención constante, y una mamá tiene que conjugar las exigencias de la maternidad con las demandas laborales y/o estudiantiles.

Algunas estadísticas:
  • Las mujeres que no terminan la escuela primaria tienen hijos/as a los 20 años.
  • Las que comienzan el secundario pero no lo completan son mamás a los 22 y las que sí finalizan este nivel tienen hijos/as a los 23.
  • Las que abandonan su estudio universitario o terciario son mamás a los 24 y las que completan el nivel superior tienen hijos/as a partir de los 27.

Sea cual sea la edad, al dejar a un hijo una y otra vez, todos los días para ir a trabajar, siempre vuelve ese sentimiento de culpa, por dejarlo tantas horas al cuidado de otros… pero quizás se trata más de no cumplir con ese imaginario social sobre lo que es “ser buena madre”.

En el sitio Mujeres que trabajan, hay un artículo que trata sobre este tema y propone “Cuatro tips para sobrevivir a la maternidad y el trabajo juntos”:

  • Crea un sistema de apoyo: “Deja de tratar de hacerlo todo tú misma. Sencillamente no se puede. Acepta la ayuda que te ofrezca tu pareja, tu familia y tus amigas. Busca a otras madres trabajadoras que puedan apoyarte. Esto es más sencillo cuando los hijos comienzan a compartir actividades fuera de la escuela”.
  • Insiste en involucrar a tu pareja: “Si eres de las que no deja que tu pareja realice las labores del hogar “porque de todos modos las hace mal”, piensa dos veces en esto: es mejor tener una ayuda “perfectible” que ninguna ayuda en absoluto. Unas clases de asertividad serán útiles para explicarle a tu compañero cómo hacer la comida sin dejar la cocina de cabeza y, a la larga, siempre será mejor tener con quién compartir las pesadas cargas domésticas que estarse quejando por no tener ningún apoyo”.
  • Busca tiempo para ti misma. “Aunque suene súper complicado, debes encontrar tiempo para estar bien contigo misma. Si logras tomar un baño largo o hacer alguna actividad física al menos durante 20 minutos, te sentirás más relajada y estarás en mejores condiciones de disfrutar de tus hijos”.
  • Descansa lo más posible: “Hay periodos en la vida de las madres trabajadoras en que se sienten tan cansadas que piensan que ya no tienen energía para seguir. Deshazte de los compromisos innecesarios. Aparta tiempo los fines de semana para tomar una siesta. Entre más descansada estés más fácil será manejar los problemas que inevitablemente surgen todos los días”.

No es fácil, pero tampoco imposible. Está lleno de mamás que siguen con sus proyectos luego de dar a luz, o después de los primeros años del niño/a. Solo es cuestión de proponerse encontrar un equilibrio entre lo que somos y no atarnos a las exigencias de ser perfectas como madres, como esposas, en el trabajo y en la casa.

1 comentario:

  1. Muy bueno el informe. El tema es muy cotidiano y, sin embargo, concentra todos los aspectos que deben ser tenidos en cuenta para asegurarle una mejor forma de vida a las madres que trabajan (o garantizar que las que no trabajan puedan hacerlo).

    ¡Muy bueno!

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