25 de septiembre de 2009

PRODUCCIÓN DE SOJA: Puras contras

La producción de soja es económica: requiere de bajos costos de mantención y deja más ganancias a los productores. Pero ¿se analizaron los costos que hay que pagar por este tipo de producción? ¿Qué significa la producción de soja para nuestro país?

El suelo argentino siempre se caracterizó por se rico en propiedades. En su momento fuimos definidos como “el granero del mundo” porque nuestra producción de materias primas abastecía al mundo entero.

Cuando en la década del ’70 se comenzó a implementar la producción de soja en Argentina cambiamos la seguridad alimentaria por el hambre y la dependencia tecnológica. Comenzamos a destruir progresivamente el hábitat de animales y plantas, hoy en peligro de extinción. Se contamina el ambiente con los millones de litros de Glifosato , el herbicida más utilizado en nuestro país.

Sembrar soja es “sembrar” pobreza en cada rincón de Argentina. Cada vez más personas quedan desocupadas por poder realizar los trabajos rurales, donde antes tenían lugar. El sistema de siembra directa es fundamental en la producción sojera. Este simplifica los trabajos del hombre trabajador del campo y reemplaza su trabajo por un fumigador y una sembradora, permitiendo gastar menos en personal asalariado y en combustible.

Todo esto conlleva a que los productores sean cada vez más dependientes de la tecnología –para aumentar la producción y reducir los costos- y de las transnacionales –para que compren lo producido-.

Producimos soja transgénica. Cambiamos la producción de alimentos (caracterizados por ser sanos, buenos y completos en propiedades nutritivas) por la producción de soja, un alimento utilizado como forraje en los países del primer mundo.

Cambiamos una fuente laboral para miles, millones de familias por maquinarias que reemplazan el trabajo de los peones rurales.

Cambiamos la variedad de producción que enriquecía a nuestro suelo por un monocultivo que lo destruye, lo arruina.

Cambiamos cantidad por calidad.

Les presento un documental, HAMBRE DE SOJA, dirigido por Marcelo Viñas.



1 comentario:

  1. GENIAl GORDA LA NOTA!!! es cierto todo lo que decis. El país al adoptar el modelo sojero no pensó en los suelos degradados por el monocultivo, en los trabajadores rurales lecheros, apicultores y muchos mas que deben arrendar sus campos porque el modelo económico los deja a fuera. Lo más alarmante es que no muchos saben que si este modelo no se detiene, en 5 años nuestros suelos no van a existir más!

    Respecto a la pobreza que genera este modelo es terrible, es paradójico que un pais que podria alimentar a millones de personas, este produciendo comida para chanchos en Europa. Y además quiere tapar todo esto, con campañas para alimentar a los nenes pero con soja transgenica que los vuelve tontos.

    Besos amiga, como sabras vi el documental que decis y se refleja un poco en mi comentario jaja..

    Siempre es un placer leerte...

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